Mensaje de Navidad del 18 de diciembre, 2015 - Nuestra Señora de las Sierras

 

(Comentario) Con la participación y asistencia de seis sacerdotes, ocho diáconos y aproximadamente 500 visitantes, Nuestra Señora se apareció de nuevo este año a la vidente Pat. En el mensaje de este año, Nuestra Señora se refirió de manera más personal a los que Ella llama peregrinos y su jornada hacia el camino que Dios pidió a Nuestra Señora les iluminara. En el cuarto de oración con cinco sacerdotes presentes se dio y se grabó este mensaje:

Lenguas:
“Mis queridos hijitos,
En estos tiempos de mis visitas... Yo vengo a asegurarles del amor y la misericordia de Dios. Él me ha permitido a mí, su Madre, compartir estos mensajes de Su amor... que crezcan en una mayor comprensión del amor de Dios y en su amor por su prójimo. No hay necesidad de mencionar el mundo en el cual están viviendo ahora... pero ustedes Mis hijitos, son peregrinos... quienes viajan por el camino... que Dios me ha permitido iluminar. Ustedes han sido llamados... todos y cada uno de ustedes, han sido llamados. El problema es, Mis hijitos... que no todos escuchan. Al ir Dios tocando a sus corazones esta noche... abran sus corazones y sus oídos... para escuchar el amor del Padre... el amor del Hijo... el amor de una Madre."

(Una pausa aparente – conversación en lenguas susurradas)
“Muchas veces yo sé que rezan y sienten que sus oraciones no se escuchan. Yo les digo esta noche, que lloro por sus tristezas y dolor y me regocijo en sus momentos de alegría. No se sientan desalentados... sino que enfóquense en la Cruz... porque Mi hijo murió por sus pecados.... los pecados del mundo. En mi Fiat a Dios... Yo acepté... y les di a ustedes al Salvador del mundo. En mi Fiat... al hincarme bajo Su cruz... le di mi Fiat a Él como Su Madre... y ustedes como su Madre. Esta noche deseo que recuerden... que esta peregrinación dura solo poco tiempo. Permítanme dirigirlos como Madre suya... puesto que miren hijitos... el camino está bien iluminado porque pueden ver el amor de Dios. Vengan, vengan ahora... vallamos juntos por esta jornada... la jornada del amor... la jornada de la misericordia... la jornada del perdón. Yo les digo esta noche... si ustedes lo permiten... Yo juntaré cada corazón. Llenen cada corazón con todo lo que desean presentarle a Dios... y los pondré sobre este altar en esta noche... y se convertirán en un dulce regalo para Dios."
 
(Pat habla):
El cielo se convierte en una pantalla llena de estrellas... y es como si se abriera una cortina y brillara una luz resplandeciente. En un marco de estrellas aparece nuestra Madre. Vestida de blanco y azul con una cinta alrededor de su cintura... Sus ojos están entreabiertos... pero muy amorosos. Se formó un camino o escalones... quizá es una escalera. Las estrellas iluminan el camino... permitiendo el paso de los peregrinos cuando Nuestra Señora les llama... con mucho amor... y al mismo tiempo dándoles confianza. Ya no hay duda... ellos vienen. Las luces que iluminan el área por donde van caminando... son estrellas pero de una forma extraña... similares a una media luna... creo que son conchas. Proveen una luz brillante... a cada uno que viene. Yo veo una fila muy larga de estos peregrinos... la jornada no es fácil... sin embargo está iluminada y ellos tienen confianza... porque Nuestra Madre los llama. Ellos caminan despacio... pero continúan hacia adelante. Al acercarse a Nuestra Madre... parece que escuchan algo. Yo pienso que escuchan esa canción... del Amor Divino del cual Ella nos habla... y al parecer ellos se desvanecen bajo de Su manto. Al ir desapareciendo... otros vienen y sucede lo mismo... se desvanecen bajo el manto de Nuestra Señora. No hay temor... solo hay alegría... hay esperanza. Esa es su hora... la canción y después se van. Se van al ser llamados... no puedo escuchar sus nombres... pero sé que Dios los está llamando. En algún lugar de esta fila de los peregrinos... cada uno de nosotros tenemos nuestro lugar.

 

La homilía de la misa sigue en la página dos.

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